El imperio de los aviones de papel
Os voy a relatar un cuento. Bueno, no es un cuento, es verdad. Está bien, medio verdad medio recuerdos, ya que fue hace un montón de años, tendría yo unos 13, durante la época dorada de los aviones de papel. Empezó más como una competencia con un amigo, que por el hecho de la gloria en sí. Los dos competíamos por ver quien hacía el avión de papel que volase más lejos. Aprendíamos técnicas, probábamos diferentes prototipos: con el pico chafado estilo "concorde", con muescas en las alas, con trozos de papel pegados en la punta para que pesase más.. todo al servicio de la ingeniería de los aviones.
Nuestra (sana) competencia llegó a su cúlmen, cuando, al no poder establecer quien de los dos hacía mejores aviones de papel, decidimos que el público (nuestros compañeros de colegio) decidiese vendiéndoles nuestros diseños hechos a mano. Teníamos un catálogo en una carpeta de hojas transparentes y ofrecíamos todos nuestros modelos: el avión normal, mi famoso "concorde", el avión que hacía giros, el que volaba raso.. Todos con su nota descriptiva y su precio (en referencia a su calidad y la cantidad de I+D que había requerido). Realmente encontrábamos un público que nos compraba los aviones (por 3 pesetas o algo así). Ahora que lo veo en retrospectiva creo que nos compraban por seguirnos "el juego" más que por los aviones en sí. Era tal el entusiasmo con el que los vendíamos que era inevitable comprarnos "sin querer". Durante semanas vendíamos nuestros aviones, catálogo en mano, en la parada del autobús o en clase.
No me acuerdo cómo terminó, quien fue el ganador absoluto de nuestro "juego". Probablemente sería mi amigo ya que si hubiese ganado yo, supongo que me acordaría de ello. Creo recordar que llegó un momento que ya no nos compraban, obviamente habíamos dejado de investigar nuevos aviones y estábamos centrados en vender los que ya teníamos. Entonces, cual niños aburridos, dejamos la idea de instaurar un imperio del avión de papel y nos dispusimos a competir en alguna otra cosa.
Comentarios
Publicar un comentario