Cocina rápida para solitarios: Crepes saladas con "jamón yor"
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Receta para 1 persona. Ingredientes: 100 gr de harina, sal, 1 huevo, medio vaso de leche, ajo, jamón yor (asegúrate que sea jamón yor y no york) y aceite de oliva (no hace falta que sea virgen extra)
"Pues esto si que es complicado Mikel, no sé si lo voy a saber hacer". Eso mismo pensaba yo. Un día vi "harina para crepes" en el super. Me acordé de las crepes parisinas y me pasó esto..
Así que me puse manos a la obra y para cuando me dí cuenta estaba comiendo unas deliciosas crepes. Mmmmmm..
Empezamos. Cogemos 100 gr de harina para crepes. La hay en cualquier supermercado así que no hay problema.
Me ha pasado en multitud de ocasiones de mi vida solitaria, que no hay una báscula de cocina, o que no vas a comprar una solo para preparar crepes, a no ser que seas yo. Hay varias soluciones. La primera de "a buen cubero" es que si en el paquete pone 400 gr, le pones 1/4 del paquete. Otra más sencilla es comprar una jarra con medidas para litros, ml etc y para gr de harina y azucar. Es multiusos.
A continuación cogemos un huevo y medio vaso de leche.
Lo mezclamos con una barilla. Si tienes batidora pues batidora. Pero a mi me resulta la barilla. Con un tenedor como que no bates lo suficiente. Cuando ya se ha mezclado el huevo y la leche, es entonces cuando empiezas a echar la harina. No antes o a la vez, por que no se mezclará bien. Vierte poco a poco la harina y vas mezclando con la barilla. Una vez mezclado, yo le hecho un miligramo de sal y un poco de ajo molido. No hace falta comprar una ristra entera, en el super, en las baldas de especias hay ajo molido para no tener que hacer "la semana del ajo" en tu casa cada vez que compres. Echarlo con mesura. Lo suficiente para darle "saborcillo" y terminar de mezclar con el resto. En este momento, hay que dejar reposar la mezcla 15 min. Esto es IMPRESCINDIBLE. No queremos darnos demasiada prisa. Este paso viola un poco el espíritu de esta sección, pero el resto no cuesta hacerlo más de 5 min y creo que unas crepes bien vale una pequeña espera. No todo es esperar tampoco, mientras, hacemos lo siguiente: Despues de espera 10 min calentamos la sartén con un poco aceite y freimos el jamón yor (o lo que le quieras poner) vuelta y vuelta y lo dejamos en un plato. A la hora de hacer las crepes, vertimos un poco de aceite y le añadimos sal. El aceite tiene que ser lo suficiente para que no se pegue el crepe, no pasarse, no lo queremos "ahogar" en aceite. Los crepes originales franceses son con mantequilla, pero tiene mucha grasa que no es compatible con mi organismo, así que yo uso aceite, que no es lo mismo, pero da resultado. Con la ayuda de un cazo, vertimos la masa de crepes por la sartén. En mi sartén de 18 cm, cogiendo un poco menos de un cazo da para 3 crepes. Con la ayuda del fondo del cazo, esparcimos la masa para que sea fina. En cuanto se haya hecho un poco, con la ayuda de una espátula y una cuchara (un tenedor no, que no la queremos agujerear a lo padrino), le damos la vuelta sin que se rompa. Lo mejor es usar utensilios de metal (con cuidado de no rayar la sartén), por que en los de madera se pega la masa del crepe y no nos deja maniobrar igual. Entonces por fín le añadimos los ingredientes (en este caso jamon yor). Con la espátula, vamos haciendo dobleces al crepe así. No esperar demasiado, porque si no la masa de crepes estará demasiado solida para hacerle los dobleces sin que se rompa. Y seguimos haciendo dobleces hasta que nos quede así: Dejamos que se haga un poco al vuelta y vuelta. Para la siguiente crepe añadir otra vez un poco de aceite con un poco de sal. Esto de los dobleces requiere un poco de práctica así que la primera vez no lo harás perfecto, pero al cabo de un par de veces.. Disculpad, un segundo están diciéndome que quieren ver como soy por dentro. Ves que fácil, hasta yo con mi titulo de cocinero en la "universidad de la calle" lo puedo hacer. Que aproveche.
Me pregunto que pasa. Cuando después de años de leer libros electrónicos, tus dedos vuelven a tocar las tapas blandas de un libro de papel. Seguro que te sientes impulsado a acercar la nariz y oler la mezcla de papel y tinta que sube por tus fosas nasales hasta impregnarse en tu cerebro. Éste no puede procesar la sensación de cuando pasas la mano por la portada. Lisa y firme es todo cuan llegas a discernir, menos por los relieves que conforman el título de la novela: "Astam". Giras la tapa y parece que lo fuerzas, que el libro no quiere ser leído, como si lo violases. Así que das la vuelta unas cuantas hojas más hasta la introducción. Tu dedo índice se desliza por el filo de la hoja, hasta que al apartarlo de un golpe, de la yema cortada surge una gota de sangre. "Esto es una mierda" dices. Te chupas el dedo, pero sale otra gota y cae sobre un espacio en blanco de la hoja. Cierras de un golpe el libro y lo tiras contra una esquina. "¡Bah!, me lo descargo".
"A la izquierda, al fondo del pasillo, bajas por las escaleras hasta abajo y es el número 64". Así que seguí las instrucciones al pie de la letra. Giré a la izquierda y caminé por el pasillo vacío del edificio. Descendí uno por uno los escalones y continué caminando entre puertas. En cuanto vi mi número, me senté en un banco metálico que había en la pared de enfrente. Saqué el móvil de mi bolsillo y comprobé que no había cobertura. Mal lugar para esperar. Guardé el aparato en el bolsillo delantero del pantalón. No me había dado cuenta, pero la luz era muy tenue. Había un par de luces empotradas en el techo que se estaban muriendo. Tenían ese color amarillo manchado, un amarillo oscuro. No había nadie esperando. Ni siquiera para las otras salas. Reposé mejor mi culo y suspiré. La manilla de la puerta era negra, de plástico. Había sentido el manoseo de múltiples personas y había cedido un poco, apuntaba ligeramente hacia abajo. Seguro que no había presupuesto para cambiarla. M...
Cuando has estado en un pais, siempre te preocupas cuando le pasa algo malo. Has conocido a sus gentes, sus costumbres, su naturaleza, y una parte tuya se queda allí, llevándote tú una del lugar. No puedes evitar si no sentir las millones de almas en desasosiego. Lo que siempre me llama la atención de estos desastres es la capacidad humana de auto-inculpación: "La naturaleza se rebela contra el hombre". Como un niño nos juzgamos y culpamos a nosotros mismos. Para luego, a los pocos días, volver a la normalidad de nuestro día a día como tal cosa, como si no hubiésemos aprendido nada, seguimos pensando solo en nosotros mismos.
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