Segundo 54

Segundo 54. "Algunos todavía creen en algo.. algo escrito en una hoja de papel por los que no tienen nada que decir".. tatareando la canción llego a "Algunos todavía creen en el sufrimiento, y tienen que escribir con una cuchilla en las manos".  La chica que está a mi lado en el autobús me está mirando de reojo como sigo la canción, que escucho con mi reproductor de mp3, solamente moviendo los labios, mientras miro por la ventanilla el paisaje. Tiene los apuntes de la universidad sobre una carpeta azul en el regazo de sus pantalones vaqueros. Mientras lee, tiene la manía de enredarse los dedos por todo su pelo negro. Negro, a juego con su camiseta de los Misfits. Repasa sus apuntes de historia mesopotámica, empezando por las lógicas referencias a Gilgamesh, aunque muy simples, suficientes para imaginarse la vida y miedos de los habitantes de Uruk. Yo seguia con mi música. ".. así que emborráchate con la sangre de tu cristo..".

El autobús para en la estación de servicio de siempre. Esa que tienen todos los platillos para los cafés preparados con una cucharilla y una bolsita de azúcar para ir más rápido cuando llegue la avalancha. Esa donde al conductor le sirven aparte, del otro café. "Veinticinco minutos", anuncian por el interfono del autobús, y una marea de indignación sacude a los pasajeros. Parece ser que hay prisa hoy en llegar hasta el destino. Para cuando me doy cuenta, la menuda chica ya ha cogido su abultado bolso y su carpeta y ha salido del autobús. La verdad que esas zapatillas converse blancas eran silenciosas.

Desciendo de los últimos y aprovecho para ir a desalojar fluídos y tomarme un café. Curiosamente, en este lugar el café de la máquina es mejor y más barato que el de la barra. El resto del tiempo me lo paso en el parking, esperando para reanudar la marcha. Y escuchando: "Quémalo, quema los cielos nocturnos y despedazalos..". Las puertas del autobús se abrieron ".. Donde podemos conducir escuchando 'Until the End' de Battery..". Me senté en mi asiento y me dispuse a mirar como subía el resto de los pasajeros.. "Quizás deberíamos jugar al NHL94..". El conductor se levantó y recorrió el pasillo del autobús contando a los pasajeros. Fue cuando me di cuenta. La estudiante de historia no estaba.

- Perdone, - le dije al conductor mientras me quitaba los cascos- pero falta la chica que se sentaba aqui.
- ¿Y donde coño está? - me contestó bruscamente.
- Pues y yo que sé, - le dije sorprendido por su reacción- solo sé que no está. - alegué. La señora cinquentona que iba en el asiento de delante giró la cabeza, para comprobar quien le estaba retrasando su perfecto viaje.
- Si no viene nos vamos - insistió el conductor.
- Oiga, que tampoco podemos dejar a alguien aqui.
Así que, la señora, no lo pudo evitar e intervino.
- Pues ya la podías ir a buscar tu, que bien que te has pasado el viaje mirándola las tetas.
- Pe.. pero ¿qué me está diciendo?- le contesté.
- La mujer tiene razón chico - comentó el conductor.
Se hizo un sonoro silencio mientras todos los pasajeros del autobús, me miraban.
- Está bien, está bien, ya bajo yo, no insistan.

Volví al edificio de la cafetería-restaurante. Sorpresivamente, estaba medio vacío. Había una pareja bebiendo un refresco y un botellín de agua, mientras el niño de tres años que iba con ellos comía un donuts al que justo acertaba a dar un bocado. También estaban un hombre con barba de dos días, y dos chavales jóvenes. Me acerqué a la zona de los servicios y tampoco. Quizás estaba en el de mujeres haciendo lo suyo. Para mi suerte, justo salía la señora de la limpieza. "Oiga, ¿queda alguien más dentro? Estoy buscando a una chica que..". "No, está vacío, lo siento señor," me contestó. No sabía donde mirar más. Volví hacia el autobús pero ya no estaba en la plaza. ¿Se había marchado? ¿Pero que pasa aqui?

Desde el parking pude contemplar cómo el autobus se incorporaba a la autopista.  Mis ojos no se lo creían. El móvil.  Mierda, lo había dejado dentro. Resignado, me di la vuelta para dirigirme a la estación de servicio cuando la ví. Ví a la maldita estudiante como se dirigía caminando hacia la carretera, con el bolso al hombro izquierdo y la carpeta en la mano derecha.

"¡Eh!¡Tú! ", le chillé, pero ni desvió la vista. "¡Ehh!" Esta vez si que miró hacia mí un segundo, pero no se paró. Así que me apresuré hasta que llegué a su altura y le pude agarrar del brazo.

- Déjame en paz tío - me gritó soltándose el brazo y tirando la carpeta al suelo.
- ¡Eh! He perdido el autobús por tu culpa - le contesté.
- Przzz.. no haber bajado - me resopló dándose la vuelta para mirarme a la cara.
- ¿Te piensas que quería ir a buscarte? Si no se quién eres.
- Yo si sé quien eres, un loco que habla solo en el autobús, seguro que no follas - y se agachó para recoger su carpeta.
- ¿Pero quien te has creído?
- ...
- Además ¿por qué demonios no has vuelto al autobús? - esperé a que se incorporase completamente - No creo que hubiese pasado nada si lo hubieras dicho al conductor.
- A tí que más te dá. ¿Por cierto que escuchabas? Se te veía entusiasmado.
- Pues no lo sé un poco de todo.
- Nada, pues ahí te quedas, yo me piro.
- ¡Eh! ¡pero dime por qué lo has hecho, que yo me quedo aquí colgado!
- Oye.. que si estás aquí, es por tu puta culpa, a mi no me chilles.
- Pero dímelo. Por favor.
- Joder pesao, déjame en paz ¿no? ¡Por que me da la puta gana!

Y con su puta gana se marchó. Así que me puse los cascos mientras volvía a la cafetería y pensaba como arreglar las cosas "Esta gente y estos lugares se van desvaneciendo día a día y estos meses pasan como horas...".


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