david contra goliat

Para los que no conozcáis esta leyenda, Goliat era un gigante tenía atemorizada a toda la ciudad. Nadie podía enfrentarse a él. No tenían armas ni mucho menos el tamaño si quiera para inquietarle. Un día, el gigante paseaba tranquilamente por sus dominios y el pequeño David se cruzó en su camino. David miró fijamente hacia los ojos del gigante. Éste se rie, sabe que un leve soplido haría que los pies de David se despegasen del suelo y saliese volando varios metros.

Hoy me ha pasado a mi, estaba tranquilamente en lo mío y me he encontrado con Goliat, casi sin darme cuenta y no importa, por que en la leyenda, aunque solo sea una leyenda, David, con una simple honda y una piedra, derrota a Goliat con un golpe en la frente. No hay mayor satisfacción que esa. Golpear a alguien mayor que tú y hacerle morder el polvo. Pero para eso, hay que levantar la mirada y mirarle a los ojos. Sin inmutarse, sin salir corriendo. Y mientras dirige su lanza hacia tu pecho para arrancarte el corazón de cuajo, impactar con la piedra en su frente. Es tú o él. Si no haces nada, adiós. Será mejor que me esfuerce en tirar esa piedra.