Mis viajes: ¿Cómo es un restaurante típico khemer?
Hace tiempo que no escribo sobre mis viajes. Va siendo hora de retomar uno de los clásicos de este blog.
Desde el primer día que llegué a Camboya, mi fiel motocarrista me llevaba de un lugar a otro por un puñado de dólares. Me espera en la puerta del hotel a la hora convenida. "Vamos a cenar algo" le digo. Allí que vamos. La ruidosa moto no hacía mas que ir dando pequeños botes en el maltrecho asfalto cuando era asfalto y tierra muchas veces. Parecía que el vehículo podía despiezarse en cualquier momento, en un bote mal dado. Todo es relativizar mentalmente el impacto de los baches en los materiales del vehículo. Me lleva hasta un pequeño restaurante hecho de bambú con una cerca de unos 4 metros. Fielmente me espera fuera mientras paso la verja de bambú hasta el porche donde había unas mesas. Un sitio solitario. De las 10 mesas que habría dispuestas solo había una ocupada por una pareja. Un joven camarero me atiende. No me acuerdo que pido y comienzo a charlar de todo un poco con él. Para mi sorpresa me explica que tiene carta también en castellano. Me pide que por favor, que revise los nombres de los platos a ver si están bien. Sorprendido, miro el menú y me percato de un par de faltas de ortografía que le señalo.
Al terminar la cena, el camarero me trae una "encuesta de satisfacción del cliente". Me dice que están comenzando a realizar las encuestas para mejorar el negocio, y que les incomodaba hacerlas, pero lo veían bueno. Por supuesto, también tenían en castellano la encuesta. Escritas estaban las típicas preguntas sobre la comida, el servicio, la localización, etc.. Hasta que llega la pregunta: ¿Es este restaurante lo suficientemente típico khemer (es decir, camboyano)? Me quedo pensativo unos segundos. ¿Cómo será un restaurante típico? Era mi segundo día en Camboya y el día anterior el motocarrista me llevó a una cena-espectáculo de turistas. Creo que le quedó claro que no quería volver a ese tipo de sitios, aunque estuvo bien el espectáculo. Así que sin saber realmente, le puse que si.
Llegó la hora de marcharse y mi motocarrista había desaparecido. "Ya volverá" me dijo el camarero. Estuve esperando un rato y no aparecía. "Habrá ido a por gasolina", me continuó diciendo. Finalmente me dice que espere al lado del restaurante, en una especie de choza que había. En ella estaban los abuelos, y unos niños jugando y viendo una telenovela khemer. Estaba también la hermana del camarero que estaba descansando por que no había clientes. Era un restaurante familiar. Es difícil de explicar el rato que pasé con la familia del camarero viendo la tele. No nos entendíamos nada, pero nos reíamos mucho, sobretodo con la abuela que era muy divertida, y la hermana que se me empezó a insinuar y entonces el abuelo le decía algo y nos reíamos, en el lenguaje universal de los gestos y la risa. En esto que llegó el motocarrista. Se disculpó por no estar y volvimos para el hotel después de que pudimos parar de reir. Me hubiese quedado ahí tranquilamente malentendiéndome con esa familia. Aunque como se dice, siempre nos gustan las familias de los demás, hasta que tenemos que convivir con ellas todos los días. Os dejo con un poco de rock Khemer.
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