Cuadernos de Viaje// Tiro con Arco. Parte 1: Llegando a Suwon
Aquí estoy. Me estoy calando hasta los huesos. Si me conocéis, aunque me gusta la lluvia, sabéis que no me gusta mojarme. Más que mojarme, que el agua chorree por mis ropas. He venido hasta Corea y estoy aqui mojándome para recoger unas flechas de arco. ¿Pero qué demonios hacía yo allí con unos japoneses y unos niños coreanos?
Ese día lo empecé cambiando el desayuno del hotel. En vez de el conjunto de platillos de la vez anterior pido algo de alubias no se qué (ver desayunando en seúl). Llego al pequeño restaurante del hotel y espero. Me sirven una jarra de agua de plástico y un vaso de metal y me indican que el desayuno tardará un poco en llegar. Al rato se aproxima la camarera/cocinera con una bandeja y otra docena de platillos. En un rápido vistazo, me parece lo mismo que la otra vez. Abro el bol metálico del arroz y distingo algo oscuro: alubias cocidas. Sigo elucubrando y en el cazo no hay carne, sólo tofu y verduras. Los otros platos son todos parecidos.
Un momento. Distingo entre todos unas hojas de algo y además hojas de algas. ¡Ya sé que hacer! (ver A la Frontera!! Episodio 2: El pasota). Parece que le voy pillando el truco a Corea. Lo que me extraña es que siempre esté yo solo desayunando, no es un hotel pequeño. Después de unos minutos, aparecen unos coreanos. Distingo vagamente a uno de los conserjes. Son los empleados del hotel desayunando. Bien, además puedo espiar como desayunan para ver su técnica.
A ellos les sirve otra cosa, una sopa. Estoy de espaldas así que no les puedo ver bien. En 10 minutos han terminado y yo sigo allí desayunando. Todavía hay algo que no funciona. De todos modos, me supo mejor que la otra vez, la combinación de salados, pescado, verduras.. Lo mejor: el café del final.
Vuelvo a mi habitación y para no seguir tentando la suerte, de mala gana, cambio el paraguas por las gafas de sol. Acierto nada más salir, ya que está lloviendo.
Me voy en el metro rumbo a Suwon, lugar recomendado en la agencia de turismo. En principio, con la idea de ver un poco de verde. El metro va casi vacío y hay ancianos que pasa de vez en cuando recogiendo los periódicos gratuitos que se deja la gente en los vagones. Me imagino que les darán dinero por ellos, no tienen pinta de empleados del metro.
Llego a la estación de Suwon, pero no se muy bien que es lo que hacer. Pensaba para mí que por lo menos me tomo un café, que seguro que hay una cafetería por ahí y me vuelvo. Lo primero que encuentro diferente es que hay escaleras mecánicas (por fín, en Seúl apenas saben lo que son).
Estoy caminando por la estación y leo "Tourism Office" y lo que supongo que será su traducción al coreano. Sí, salvado. Sigo las indicaciones. En el exterior de la estación ya ha dejado de llover y leo un cartel: Tours de la ciudad a las 10 de la mañana y a las 6 de la tarde. Miró mi reloj: Las 10 menos 10. Llego a la oficina raudo y contrato uno.
Me suben en un autobús con una pantalla de TV enorme. Está lleno de orientales así que me temo lo peor (que el tour sea en coreano). Me siento y el autobús se pone en marcha. La guía saluda en coreano y japonés, bien empezamos. Mientras la guía va narrando lo que sea que fuésemos a visitar, doy un recorrido visual al autobús. En la parte de atrás del autobús van unos cuantos niños al cuidado de dos señoras que no se si son madres o profesoras. Delante van los japoneses. Me fijo en una chica de unos 20 años que lleva la cabeza envuelta en un pañuelo negro. Va vestida igualmente de negro y con el calor que hacía llevaba guantes de esos largos hasta el sobaco. La amiga que iba con ella iba más discreta, blusa negra pero vaqueros. También los guantes largos que solo se los ponían al bajarse del autobús (?).
Por fín llegamos a nuestro destino.. continuará
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