Mis viajes: El hotel más barato de Filadelfia



A veces, elegir un destino puede ser ir a la estación de tren y embarcarte en el que salga primero. Eso fue lo que hicimos un amigo mío y yo, y el primero salía hacia Filadelfia (nos encontrábamos en Boston en ese momento). Reservamos un hotel por teléfono desde la estación y hacía allí que fuimos. Me acuerdo que llegamos muy tarde, de noche, y no había nadie por la calle más que un vagabundo que iba con su carrito. Llegamos al hotel bastante cansados y nos quedamos dormidos enseguida.


Mientras dormía, empecé a escuchar una musiquilla. Me envolví la cabeza con la almohada, pero nada. Sonaba a una banda de música, de esas de trombones, trompetas y bombos. Me levanto y descorro la cortina gorda que te ponen en los hoteles para que no entre la luz pero que en realidad está llena de rendijas  que justo van a parar a tu cara. Estábamos en un piso alto, no se si el 10 o el 8 o así. Resulta que había un desfile por la calle y lo vimos en todo su esplendor desde la ventana de la habitación.

Había que salir del hotel como fuese, demasiado caro, era lo primero que habíamos encontrado de improviso. Por suerte hay unas páginas amarillas en el hotel. Un anuncio nos llama la atención "El hotel más barato de Filadelfia". Allí fuimos directos.

Mientras andas por Filadelfia nunca puedes dejar de escuchar esta canción:



Llegamos, y por supuesto, no era un hotel de lujo, pero la entrada no estaba del todo mal para ser "El hotel más barato de Filadelfia". Pedimos una habitación para los dos y el conserje que parecía no saber lo que era un espejo, nos miró con ceño fruncido. Subimos a la habitación y cual es nuestra sorpresa que es una cama de matrimonio. El conserje nos dice que no tiene de dos camas, y tampoco nos importaba demasiado por que era "El hotel más barato de Filadelfia" así que accedimos a quedarnos, a pesar también de la ducha sin plato, con un agujero en una esquina del baño.

Abandonamos las mochilas en la habitación y salimos a visitar Filadelfia. A nuestra vuelta, nos tumbamos en la cama o no se como fue que miramos hacia arriba y nos damos cuenta que había un espejo en el techo. Un gran espejo más bien. Yo era muy inocente por aquel entonces y no entendía que pintaba el espejo ese allí, hasta que pasamos la primera noche en "El hotel más barato de Filadelfia".

Nos dormimos y empezamos a escuchar unos gritos de mujer que retumbaban por todo el hotel.  No eran gritos de placer, eran casi de dolor, de extenuación. Estábamos los dos despiertos mientras oíamos los gritos. Los minutos pasaban como horas y la garganta no aflojaba. Llegaron a un punto que yo tenía pánico (qué inocencia). Pensaba que había que llamar a la policía, que la estaban haciendo algo a la chica esa. "Que no Mikel, que no" me dijo mi amigo "que eso no es" mientras dedicaba una sonrisa maléfica a mi inocencia.

Comentarios

  1. Grande historieta. Menudo antro!!!

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  2. En barcelona estuve tambien en otro parecido por que no quedaban más hoteles libres en barcelona (una historia más larga que contaré en otro momento), que tenía las sábanas con agujeros de cigarillos, pero el conserje era muy majo que hablabamos mucho de música y tal.. un crack..

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