Mis viajes: Comiendo en Hong kong

Restaurante corderito feliz hk

Hong Kong es posiblemente mi ciudad favorita de todas en las que he estado. En su pequeño espacio tiene de todo. Cuando más se manifiesta esto es a la hora de comer algo. Algunos barrios dan un poco de respeto  y no te decides donde entrar a comer. Aunque es de los sitios donde mejor se come (si eliges bien). Al final el hambre aprieta y tienes que decidirte por un sitio. Paso por un escaparate y veo a un hongkongés amasando una masa de harina. Me decido a entrar. Era ya muy tarde para cenar (para estándares locales) y el amplio sitio estaba vacío excepto por un par de mesas. Una alegre chica me entrega el menu. En inglés. Salvado. Veo que todo se centra en la mezcla de esa masa enharinada con cosas. Con carne, con pescado, con verduras.. No me decido muy bien y veo en uno que pone "liver" (hígado). Me pica la curiosidad y lo pido y la camarera me mira extrañada como diciendo: "Pero tío, ¿ya sabes lo que me estás pidiendo? ¡Que es hígado que os da tanto asco a los occidentales!". Me preguntó a ver si estaba seguro, si sabía lo que era y le dije que sí, que de donde soy se ha comido de toda la vida. Aireada, la camarera marcha con la carta y el bloc de notas bajo el brazo hacia la cocina. No sé que le he hecho. Es como en otro sitio de la misma ciudad, que se extrañaban que comiese con palillos. Me miraban y me señalaban. No se, me imagino que no suelen ver a occidentales como yo. Por cierto que la masa con el hígado estaba deliciosa. Fue increíble.


Es que comer en hong kong es toda una experiencia. En otro barrio veo un restaurante lleno de gente. Me decido a entrar pensando que allí no se comerá mal. El restaurante tenía como 120 metros cuadrados y todas las mesas estaban ocupadas. Me coloco el siguiente en la fila que hay en la entrada. La fila va bastante rápido y no tengo que esperar mucho. Sigo como puedo al camarero sorteando mesas, bandejas y gente. Me sienta en una mesa para 4 y me tira el menú. Empiezo a escudriñarlo y realmente no sabía por donde empezar, había de todo. Al rato aparece el camarero con una cliente y la siente enfrente mío. Era una ejecutiva hongkonesa hablando por teléfono. Después de un rato deja de hablar y deja de un golpe el teléfono en la mesa. Resopla. Yo aprovecho y le pregunto que es lo que hay que pedir aqui.

comida hong kongesa


Me mira sorprendida, así que le repito la pregunta.  Me contesta que unos fideos Kowloon. Como un reloj,  llega el camarero y es lo que pido. Ella pide otra cosa y vuelve al teléfono. El teléfono le iba como un guante, era de los de tapa, de los que hay que cerrar después de una conversación. Ella tendría unos treinta y, me atrevería a decir que 40 y pocos. Iba vestida con camisa y traje de ejecutiva con falda. Me la imaginaba diciéndole a algún subordinado "Eres un inútil, sal de mi vista y hazme el informe para ayer". Al minuto vuelve con su amigo el teléfono.

Por fin llega la comida. Empiezo a hincarle el diente y, efectivamente, buena recomendación. El plato de la ejecutiva va dejando gradualmente de sacar humo. Parece que ella lo absorve para luego echarlo por el micrófono del móvil. Por fin cesa el ciclón. A decir verdad no se notaba casi nada entre todo el bullicio. Comenzó a comer como lo hacía mi abuela, como si no hubiese comido en varios días. 

"Gracias por la recomendación," le dije en inglés, "muy bueno." "Si, es lo normalmente suelo pedir, pero hoy me apetecía cambiar, me gusta este lugar por la variedad de platos", me contestó. "Tendrías que apagar el móvil cuando sales del trabajo" le comenté.  Me empezó a hablar sobre su oficina. Que si con gente de hong kong no se puede trabajar. Esa frase la he oído yo en todos los sitios donde he estado, cambiad "hong kong" por cualquier otra ciudad. O país, con país también se da. Cuanto más viajas, más te das cuenta que a lo largo del mundo la gente es igual. Puede que tenga otras ideas de gobierno, o de religión, pero al final todo el mundo tiene los mismos problemas y solo quiere hacer su trabajo y vivir feliz y en paz, aunque las circunstancias le empujen a ser de una determinada manera.

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